jueves, septiembre 13, 2007

PARA ESTARSE EN CAMA

Mario Stalin Rodríguez
Descansando, dormitando poco tiempo, soñando a veces... Desesperando. Mi cama es el paraíso del gerundio, el lugar donde las cosas no ocurren, ocurrieron u ocurrirán, sino que están, siempre, ocurriendo. Alrededor de ella o desde la periferia, el mundo transcurre para mi, actor fuera de escena... Observando.

Hay días en que los fantasmas (mis fantasmas... Los de todos) me atan a las sábanas, al aroma de tu ausencia, a los recuerdos que se marcharon; a historias concluidas (es decir; inconclusas). En días como esos me da un estarme en cama irresistible.
No te asustes, los fantasmas de los que hablo no son, como podría pensarse, los que la pantalla del televisor nos anuncia... No las absurdas sábanas blancas flotando a dos centímetros exactos del piso. Son, por el contrario, lo que ya te he enumerado: el aroma de la ausencia, los recuerdos idos; las historias de final pendiente. Mejor dicho; los finales que continúan.

Escribía; en días como esos me da un estarme en cama irresistible. Ese observar el mundo desde la periferia, el no permitir que el exterior interfiera, es decir; disfrutar de mis fantasmas.
Así sucede (no siempre, sólo a veces), tirado en mi cama disfruto de las soledades y de pronto, de la mano de mis recuerdos, las sábanas se transforman en mar. En él navego en la proa de mi deseo sobre tus olas; tu mar salado. Como en novela de naufragios, me pierdo en la inmensidad, me encuentro y vuelvo, gustoso, a perderme en ti.
Disfruto el arrebato de memoria en la justa medida de su duración. Vuelvo entonces a las sábanas frías, a las soledades.

Lejos de este estar en cama irresistible, el mundo transcurre y desde el Poder (el que transgrede, el que agrede, el que con mayúscula se escribe a sí mismo) nos dicen que la realidad no cambia, que el futuro lo detentan ellos y sólo ellos... Desde sus salones, nos anuncian a través de las pantallas, se decide la ortografía del mañana.
Es decir; nos mienten.
Lo sé por este estar en cama irresistible. Porque desde mis sábanas sueño el sueño compartido, el amanecer que se mira con otros ojos, los de todos, los mismos, es decir; distintos. Porque el recuerdo de la tormenta de tu mar salado es también, lo sé, la promesa del futuro posible.
Porque, sobre todo, no somos sólo este estarse en cama irresistible. Porque somos, sobre todo, la calle que juntos caminamos, la calle en la somos multitud... Trato de explicarme; mientras el Poder que se define a si mismo no tenga potestad sobre tus olas, otro mundo es posible.

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10 Comments:

Blogger mariapán said...

... tal vez me leiste el pensamiento de estos días, en los que yo también ando "perdiéndome" envuelta en las sábanas, a veces de esparto, otras de seda...
Como siempre, expresado mucho mejor de lo que yo sé, me uno a tu lucha y empatizo; consuelo me da que esta "guerra" (en la que ni siquiera creo) esté hecha de más como yo: nostálgicos y con la popa apuntando hacia otro mundo, cercano, cambiado y azul; hecho por nosotros mismos...
Un beso Mario, desde la tierra del sol.
María ;)

2:28 a.m.  
Blogger Burnout. said...

Algo parecido me pasa a mí cuando tallo madera... y esta mañana esperando a que saliera el nene de su mini-jornada de colegio, he podido quedarme agusto mientras escuchaba música...
Los fantasmas, los recuerdos, con la música salen mejor, se acentúan, reviven, se adueñan...
¿que sería de nuestros recuerdos y de la música? Dicen que el oido y el olfato son los sentidos que más rewcuerdos nos traen

un saludo

3:09 a.m.  
Blogger LA CASA ENCENDIDA said...

¡Que bonito es poder navegar en esa sábanas que se convierten en mar! Que bonito es decir: "Hoy aquí me quedo,con tu recuerdo,con tu aroma, con tu sabor", ¡Disfrútalo, siempre que puedas!, después cuando salgas "a la playa de la realidad", seguro que respiras un aire diferente (será "brisa"), ese que llena los pulmones y huele a paz, e incluso marea.
Que forma más bonita de expresar unos recuerdos, unos olores y sabores, tan... tuyos, por supuesto.
Besos muchos,
Nani

5:48 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Me encanta como describes tus estares por la cama con ese mar de sabanas.
Salu2.

10:42 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Y mira que, a veces, dejar el mar de sábanas y la compañía de los fantasmas cuesta un mundo.

Besos

1:24 p.m.  
Blogger glou said...

A veces las sábanas pesan más de la cuenta y a veces te falta sábanas para enredarte en ellas.

Ains... las saábanas... protagonistas silenciosas de tantas cosas.

Feliz estado de ánimo.

10:15 a.m.  
Blogger cecrufa said...

malditos benditos fantasmas...que levante la mano quien no los ha padecido y gozado...

10:31 a.m.  
Blogger mariapán said...

...al final no hubo postebrio, porque la sesión de cine no llevaba implicita bebida alcohólica; pero dejo un postmañanero en espera, como siempre, de que lleguen los musos...
;-)

3:06 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo últimamente prefiero estar fuera que dentro de las sábanas, estarán cambiando mis fantasmas supongo.

5:17 a.m.  
Blogger L.V. said...

nuestros fastamas forman parte de nosotros.
sin ellos creo que nos llevaríamos muchos golpes al no tener ese miedo e incertidumbre.

un saludo y enhorabuena por el blog!!

5:46 a.m.  

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