miércoles, noviembre 22, 2006

La Ciudad y Los Fantasmas. 1 (y única)

Homenaje a Italo Calvino

Mario Stalin Rodríguez
De los Templos de tu cuerpo

No queda escrito que el Gran Jan comparta las visiones de Marco Polo sobre las ciudades. De hecho, muchas veces se encuentra Kublai Jan enfrentado al veneciano por una idea, una sola frase. Las más de las veces, el punto de desencuentro es una visión.

Habla Marco Polo de las ciudades y sus habitantes, de la forma en que estos forman a aquella, pero, sobre todo, de las maneras en que éstas conforman a aquellos. Es ridículo, se desespera el emperador de los tártaros, las frías edificaciones de los hombres no pueden conformar a los hombres. Los hombres construyen ciudades, sentencia, y por ello; la ciudades no pueden construir hombres.

Pero las ciudades no son sólo construcciones, responde el viajero, las ciudades son sus habitantes y la forma en que en ellas viven. Las ciudades son, sobre todo, la manera en que los hombres las construyen... construyéndose a sí mismo. Las ciudades, Gran Jan, son, también, los fantasmas que las habitan.


La ciudad no tiene nombre y si lo tuviera, sería el de una mujer. Pero esta ciudad no tiene nombre, es inútil buscarla en los mapas; está únicamente en el lugar que la memoria le asigna y es, por ello, todas las ciudades y ninguna. Esta ciudad se destruye y construye y reconstruye cada día, de la mano de sus habitantes. Esta ciudad es nueva, pero sus tabiques son el recuerdo de la ciudad que fue... La memoria de la ciudad que será.

A esta ciudad no llegan los viajeros, sino que la reencuentran... El viajero, tras largas jornadas, redescubre sus calles en todas las ciudades y se sabe, por ello, habitante y extranjero.

A esta ciudad, queda escrito, la construyen sus habitantes, ladrillo a ladrillo, calle a calle, barrio por barrio. Pero la ciudad se construye a sí misma en la forma en que deja encajar a los distintos en su todo. La ciudad construye a sus habitantes, formándolos distintos, es decir; coherentes.

Cada habitante de la ciudad es, también, sus fantasmas... Es decir, memorias. Memoria del camino y de quienes en él lo acompañaron y acompañan... No recuerdos; memoria, porque los recuerdos son pasado estático y la memoria explicación del amanecer por venir.

Así se construye la ciudad a sí misma y a sus habitantes. Así construyen los viajeros la ciudad siempre presente, cada día nueva, cada día la misma, cada día distinta... Forjada de pasado.


Cierra el Gran Jan el Atlas de las ciudades por venir. Mira de nuevo al veneciano y se pregunta, sólo por un instante, qué ciudad construiría Marco Polo para que lo construyera.

Notas:

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me gusta su visión de las ciudades, vivo en una gran ciudad y realmente parece desalmada, no porque los que vivan sean mala la gente, sino porque no parecen humanos.

4:18 a.m.  

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